En mi boda hubo dos postres diferentes, un bombón de queso cubierto de chocolate blanco y frambuesas para las chicas y un coulant de chocolate y helado para los chicos. La idea era provocar interacción y que se compartieran los postres. Algunos lo hicieron pero la mayoría se aferró a su postre o robó directamente el de su pareja. Hoy quizás no lo volvería a hacer y lo cambiaría por esta idea tan genial.

Vía Pera Chapita

Detalles que no se olvidan: una brocheta con un montón de postres diferentes. ¿Por qué quedarse solo con uno (o dos)?

Un beso enorme y feliz martes,

Indara